8 de abril de 2012

Posta de Hornillos, Jujuy.








Ante todo arranquemos por el principio, puede ser que a veces sea más aburrido pero hoy nos va a aclarar algunas cosas. El primer interrogante que debo responder es qué es una Posta: logré averiguar que eran lugares de relevo de la caballada en las rutas de tránsito, y además sitios antiquísimos surgidos en Oriente, pero por ejemplo en España funcionaron desde 1505, y de ahí pasaron a América. Antes de la llegada de los europeos, los Incas, que habían incursionado en nuestra región en el siglo XV, construyeron importantes vías de comunicación, estableciendo a lo largo de éstas los Tampus o Tamberías, en donde la tropa encontraba albergues y provisiones. De esta manera, los "chasquis" o los encargados de los mensajes imperiales conseguían recorrer grandes distancias por jornada, también fueron utilizados como puestos o destacamentos militares. Esta Posta en particular fue creada en 1772 por disposición del Visitador Don Alonso del Carrió de la Vandera, su primer Maestro de Posta fue José Gregorio Alvarez y Prado, después de 1810 se convirtió en destacamento militar a raíz de las guerras revolucionarias. A lo largo de la historia estuvieron alojados en el recinto personajes como: Manuel Belgrano, Juan J. Castelli, José M. Paz, Martín M. de Güemes, entre otros*.

















Ya empezamos a clarificar algunos vacíos, ahora seguimos por la ubicación geográfica, se encuentra en la vera de la ruta nacional N° 9, entre los pueblos jujeños de Purmamarca y Maimara. Junto a la Posta se encuentra el Instituto Nacional de tecnología Agropecuaria, INTA, y nada más y nada menos que las infatigables montañas norteñas. Es un lugar super tranquilo, que intenta detener el tiempo para que uno se lustre las botas, deje el caballo afuera y se acomode la ristra, por momentos lo logra sobre todo por la paz que se siente cuando uno camina por los pasillos y se entromete en las habitaciones.  Aquí el relato de un viajero inglés que nos sumerge de lleno en aquel mundo: "Después de una jornada muy fatigosa de unas 50 millas llegamos a la caída de la tarde a la Posta de Hornillos, donde tuve la fortuna de encontrar media oveja de la montaña acabada de asar, y que fue rápidamente devorada por mí, José y el postillón (Mozo que iba a caballo, bien delante de las postas para guiar a los caminantes, bien delante de un tiro para conducir al ganado), con esa exquisita salsa, que es tan proverbialmente excelente que no necesita alabanzas ni comentarios para distinguirla.
El valle este día fue todavía más angosto, y las montañas más altas y denudas que antes. Quizás no hay en el mundo más singular y extraordinario paisaje que el que atravesé este día". Edmundo Temple, "Córdoba, Tucumán, Salta y Jujuy en 1826, San Salvador de Jujuy,Universidad Nacional de Jujuy 1989. 
*Información brindada por el museo de la Posta de Hornillos.















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