28 de marzo de 2012

Día de la Memoria en Purmamarca, Jujuy.



Según el diccionario la memoria es un recuerdo que se hace o aviso que se da de algo pasado, y también es la facultad psíquica por medio de la cual se retiene y recuerda el pasado. Eso ya lo sabemos, ahora imaginemos una plaza pequeña, rodeada de montañas de hasta siete colores, en un día nublado de aire puro y seco, con un puñado de personas en silencio y con muchísimo respeto viendo, escuchando, aplaudiendo el acto que organizó el municipio para conmemorar el trigésimo sexto aniversario del golpe de estado cívico-militar de 1976, en otras palabras, el Día Nacional por la Memoria, la  Verdad y la justicia.

Pasado, presente y futuro. Hoy y siempre.



Un acto simple, sencillo, sincero y sobretodo hecho con el corazón, se escucharon relatos de familiares de personas desaparecidas: una maestra, un hijo (muy emocionado), después un grupo de alumnos pasó a leer una carta escrita por ellos, y así fue transcurriendo el acto, con bandas del pueblo o de los alrededores que tocaban algunos pocos temas así podían participar todos, en el medio, repartieron un rico mate cocido caliente y torta fritas, ya a esa hora la tardecita se hacía fresca. Algo cautivante fue el público porque había una mezcla particular, entre el puñado de personas que estaban en la plaza había una pluralidad inmensa; para darles un ejemplo, de repente había tres muchachos rubios hablando en inglés, con las camisas abrochadas hasta al último botón con cara de no entender qué era lo que sucedía, pegada a ellos, una señora con sombrero, de tez morena, callada, escuchando tranquilamente el acto, esa es una de las tantas secuencias que transcurrían, pero algo sumamente valorable siempre hubo respeto no se generó ningún inconveniente, muy por el contrario todo transitó de manera sensible y armónica, y llegando al final del acto el momento más emocionante, se leyó la lista de los 127 desaparecidos de la provincia de Jujuy, uno por uno...PRESENTES.







19 de marzo de 2012

Maimara, Jujuy.



Entre tamales, humitas, empanadas, cerveza, mate, agua, aire puro y seco, y mucho pero mucho sol norteño encontramos el pueblo de Maimara, a unos 12 Kilometros de Tilcara, con la típica plaza que se acomoda en el terreno indomable y que seenfrenta pacíficamente a la insuperable Iglesia Católica                                                            (que ya a esta altura es omnipresente en la región).

Si empezamos a caminar un poco y curiosear entre las pequeñas callecitas de tierra y piedra que acompañan a las casas de adobe, a las puertas de madera y a las distintas jaurías de perros, tan típicas por estos lares, nos daremos cuenta que el pueblo se maneja a su ritmo, todavía no ha caído en las garras del salvaje sistema Capitalista o al menos no de lleno como su vecino pueblo de Tilcara, el cual sin más remedio para desarrollarse turísticamente claudicó y se entregó, y eso se nota, porque en Maimara todavía se ve su sincera rusticidad, la simpleza con que los lugareños se mueven y los comercios andan sin grandes ambiciones, sin que la plata rompa el molde, eso lo hace cálido y ameno.


                 Ahora si nos tomamos el trabajo de caminar hasta uno de sus miradores veremos como una cruz asestada en lo más alto de la montaña mira en soledad a todo el pueblo, marcando el pasado de la región, y sobretodo demuestra cómo fue hechada la suerte en la historia de la región, pero eso es maíz de otro costal.


15 de marzo de 2012

Los Nogales, Yala Jujuy.

La llegada cuesta, caminos serpenteantes en un estado silvestre, obviamente en subida, con un cielo que cada vez está más cerca y por la época del año siempre se viste de gris, por consecuencia la humedad es una fiel compañera,  se siente se respira, pero todo vale la pena el entorno es tranquilo, pacífico, natural ciento por ciento, se escucha el sonido del agua correr por el arroyo con prisa para llegar al río y la fauna hace de las suyas: pájaros, perros (dueños de casa),  alguna que otra serpiente y los infaltables insectos le dan más vida a esta casa que se encuentra situada en el medio de la montaña jujeña, en el barrio Los Nogales, aproximadamente a unos 40 minutos, en auto, de  San Salvador.

   





Los tiempos en estas latitudes cambian, al mismo tiempo que las prioridades, por ejemplo, hay que hacerse espacio para cortar leña y calentar con la salamandra los ambientes, así no están fríos y húmedos, además de controlar que la leña esté seca y alcance para casi toda la noche. Por otro lado, las compras se deben hacer con sapiencia e inteligencia para no lamentar la falta de algún ingrediente clave en el plato a cocinar.
Pero realmente estos son sólo detalles insignificantes cuando uno se levanta por la mañana y respira el aire puro de este hermoso lugar.


11 de marzo de 2012

Primeras horas...

Después de 22 horas de viaje, de ver varias películas (Viudas, Precious, etc…) de dar vueltas en la butaca para que la rodilla y la planta del pie y no se te duerman, de despertarte medio inconsciente y no saber en dónde estás, de sentirte medio perdido, pero siempre con esa certeza, de repente aparece esa imagen y, ya está, ahí decís ahh cierto que es por acá, esa vista no miente, no mintió ni va a mentir nunca.